Si visitas El Puerto de Santa María encontrarás grandes atributos que se han mantenido en el tiempo a lo largo de los siglos. Una población hospitalaria, una estupenda temperatura anual, largas playas y una naturaleza compuesta por dunas, pinares, así como un río que ha sido testigo de la importante actividad pesquera. No podemos olvidar tampoco sus excelentes monumentos o sus catedrales del vino, los cascos bodegueros, compuestos por magníficas firmas que desde el siglo dieciocho mantienen el mismo espíritu enigmático en la crianza de sus vinos, únicos donde los haya, como es el Vino Fino.
Y sabiendo todo lo mencionado anteriormente, y aún viniendo de la vecina localidad de Sanlúcar de Barrameda, nuestros fundadores; Manuel Márquez y Regla Manzano, tuvieron la visión hace casi cuatro décadas de instalar su negocio, la primera y genuina Dorada, frente al mencionado río Guadalete, cerca de bodegas emblemáticas como las de Osborne y Gutiérrez Colosía, a escasos metros del reconocido e histórico Castillo de San Marcos, oliendo a sal y esencia vinícola.
Andando el tiempo y con mucho esfuerzo y trabajo, La Dorada se introdujo perfectamente en el paisaje y el paisanaje de la ciudad. Y es que como dice el poema popular “Todo aquel que va a El Puerto y no pisa la Dorá es como el que va a la playa y no se quiere bañá”.
Poco a poco se fueron incorporando a la empresa otros miembros de la familia, que aportaron sabia joven. Hoy día nuestra plantilla ronda la treintena de profesionales, entre camareros, cocineros, administración, personal de mantenimiento y limpieza…
La ampliación del negocio la realizamos hace algo más de tres lustros con La Nueva Dorada, que se encuentra a escasos metros de la original. Mantenemos en la carta elementos tradicionales pero también platos más innovadores, que van a la zaga de la gastronomía actual. Unas instalaciones amplias con una excelente barra y una soleada terraza.
Con las miras de seguir ampliando el negocio familiar, se inauguró La Otra Dorada, en la que le dedicamos tiempo y esfuerzo en una decoración rompedora con lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver por el sur de Andalucía. Tiene dos excelentes salones en primera y planta baja, así como una terraza acogedora. Mantenemos en su carta los mismos principios de los orígenes.
El choco a la plancha sigue siendo el rey. Sin lugar a dudas uno de los platos más solicitados por nuestros comensales, ya que es famoso en la zona por nuestra elaboración muy personal. Aunque también prestamos atención a la calidad diaria de nuestros pescados y que las carnes sean de calidad óptima. Nuestras cartas las iremos comentando en sucesores artículos.
En definitiva, como dice nuestro lema corporativo, Tradición Familiar, que resume sinceramente lo que hemos hecho a lo largo de estos años; somos una gran familia, que le ha dado de comer a familias gaditanas y foráneas generación tras generación, que han sabido mantener una continua fidelidad hacia las tres Doradas.